miércoles, 24 de diciembre de 2014

Mi regalo para ti en esta NAVIDAD, la verdad.


Hoy decido regalarte la verdad, y para ser realmente sincera no fue hoy que lo decidí, creo que fue en nuestra primera navidad juntos, mientras te veía tan chiquito e indefenso que me prometí nunca mentirte, ni para aminorar el dolor ni para exagerar las alegrías, porque ¿Qué sentido tiene para alegrarnos en medio de una mentira, cuando podemos sonreír conociendo la verdad? 




Dicen por ahí que hay mentiras de colores, algunas blancas, que parecen indefensas, pero cuando las vemos con a través de la luz siguen siendo mentiras, y es justo de ellas que quiero alejarme.Hoy te vi viendo a un señor disfrazado de San Nicolás, ¡hasta un chócala le ofreciste! que sonrisa se dibujó en mí, me alegró no ver temor en tu rostro.

Hoy quiero contarte porque festejamos en diciembre, yo quiero decirte a quien le celebramos el 25 y quiero mostrarte que esto va más allá de los regalos. Yo quiero que hablemos sobre ese niño que nació pero también creció, que no se quedó en un pesebre y tampoco en una cruz ¡El resucitó! Por ti, por mí, por todos. Cada  25 de Diciembre celebraremos el hecho de su nacimiento sabiendo que Él es la muestra de amor más grande, celebramos su vida, su gracia y su amor. ¿San Nicolás? ¡Sí! Cuentan que existió, y que fue un hombre bueno que le llevaba regalos a los niños, ¡Gracias a Dios por el también! 


Es tan bonita la verdad que me niego a mentirte, me niego a ver en tus ojos una decepción causada por mí. 

Hijo ¡Celebra! ¡Alégrate! Y nunca dejes de chocarla con el viejito disfrazado.