Soy de nacimiento valenciana, y criada en Guacara, un pueblo a las afueras de Valencia; así que siempre me "sorprendían" las excesivas muestras de afecto que los caraqueños manifestaban por El Ávila, ¿Tanto amor por un cerro? ¡En Valencia estamos rodeados de ellos! y no andamos tomándonos fotos, ni deseándole buen día, ni llenándonos de su energía. Hasta que el amor me trajo aquí, recuerdo un día que terminando de arreglar el cuarto de Matías, aun con mi barriguita, abrí la ventana y ahí lo vi, El Ávila ¡PERFECTO! con unas pocas nubes que dejaban ver toda la fila maestra, el Humboldt y todo su verdor, en ese momento lo entendí, no es solo un "cerro", es la VIDA de Caracas, su verdor es ESPERANZA y su ENERGÍA nos llena cada día ¿Cómo no agradecer a Dios la bendición de verlo en cada nuevo amanecer? Y la pregunta materna correspondiente, ¿Cómo podré disfrutarlo con Matías? Así que aquí vamos, con todas las recomendaciones para que las mamás que como yo aman disfrutar con los pequeños al aire libre se aventuren a #VivirElAvila más allá de lo que se ve desde la ventana.
Hoy les dejaré algunos tips para disfrutar de manera responsable de nuestro pulmón vegetal, sin riesgos y sin miedos.
Loma Serrano, Parque Nacional El Avila. Caracas
La
protección del sol siempre será prioridad, si es posible comprar una franelita
con factor protección como las que usamos en la playa, protector solar y gorro.
En la montaña, dependiendo de la ruta escogida se pueden dar paseos con una
mochila portabebés o con un coche apropiado para la ruta. Lo más importante es
que mamá y papá estén bien organizados y preparados; cuando nos aventuramos con
niños pequeños las improvisaciones deben ser la excepción no la regla. Es
conveniente vestir a los niños con prendas largas, eso sí, escogiendo tejidos
ligeros y colores claritos para que no pase calor. Recordemos que en la montaña
estamos en territorio de "bichitos" así que el repelente es
INDISPENSABLE. Eso sí, no debemos aplicarlo en manos o pies pues el bebé tiende
a llevárselos a la boca.
Mamá y papá de ser posible "peinen" la zona antes de llevar al bebe para que evalúen si es una zona apta para el disfrute en familia. El Ávila tiene muchas rutas, más allá del muy frecuentado Sabas Nieves, ¡Atrévanse!
Una cuestión básica es limitar la altitud a la que se asciende según la edad del pequeño. Los expertos recomiendan no subir a altitudes superiores a 3.000 y 4.000 metros con menores de cinco años. Y si se duerme en la montaña, hacerlo siempre por debajo de los 2.500 metros. Los picos de nuestro Ávila se extienden desde 2.250 metros (Pico Ávila) hasta el majestuoso Pico Naiguata a 2765 metros sobre el nivel del mar.
El ascenso siempre debe ser gradual. Para que los niños se aclimaten bien a la altura, es aconsejable realizar el ascenso de forma gradual. Los especialistas señalan como adecuada una velocidad de ascenso de 300 metros diarios, cuando la ruta se realiza por encima de los 2.500 metros, y descansar un día completo cada 1.000 metros.
Prevención contra el frío. Las bajas temperaturas son frecuentes en alta montaña cuando cae la noche. Los niños son más vulnerables a ellas que los adultos, sobre todos los que son transportados en mochilas y no generan su propio calor con la actividad. Por eso, los expertos recomiendan ir preparado con ropa infantil adecuada para el frío y cubrir la cabeza del pequeño con una gorra, ya que es por donde se produce una mayor pérdida de calor.
En el próximo post (que prometo será pronto) les escribiré sobre las rutas que El Ávila nos ofrece.
Gracias por leerme,
María José García #UnaMamáQueCorre